domingo, abril 24, 2005

Nos llegó el desguace

Y nos estamos yendo, no más. Decantan cascadas de cosas para revisar. Se lleva poco, se vende bastante, se reparte mucho y no sé qué joraca voy a hacer con el contenido de esos cajoncitos, más bien primeros cajones de diferentes muebles que no pueden faltar en cualquier casa que se precie, y que pueden contener desde un mazo de cartas, algún adaptador o cablecito, piecitas plásticas reservadas para que no se pierdan, algún ganchito de metal y por qué no una herramienta.Ahora me doy cuenta de la cantidad de cosas inservibles que me contentaba de guardar, no sé para qué y de la cantidad de espacio que eso ocupa. Por otra parte, estoy entrenando un área poco entrenada en mí, la de dar, regalar de lo mío, que me costaba bastante.Desarmar acá puede parecer un poco triste, pero no lo es tanto. Es más bien complicado. En realidad estoy muy entusiasmada con la idea de armar un espacio nuevo, nuestro, en Sherbrooke. Y si bien hay mucha incertidumbre, la verdad es que no me asusta. Y no quiero con esto parecer pedante. Es que con la información que estamos manejando, la experiencia de muchos y la organización que parece haber en lo asistencial, el margen de temor a lo desconocido se achica notablemente.Ahora, la rueda del empaque comenzó a girar y no creo que pare mucho hasta subir al Air Canadá. Luego vendrá el traslado y búsqueda y el siguiente armado y la búsqueda laboral. Suena fácil, no? A disfrutar! Está muy bueno hacer cosas que parecen imposibles. Sí, ya sé, en cualquier momento les mando una fotito con el Camel en la boca, al lado de la bandera canadiense.Grande la flia y los amigos que están poniendo el hombro, aunque así como de refilón, se les salpique la chomba con una lagrimita!