miércoles, julio 20, 2005

Pequenias delicias del debe y el haber

Sabìa Ud que 2 meses de estadìa en Sherbrooke, pueden equivaler a dos botellas de detergente, o a una caja de jabòn en polvo o a 1 kg de yerba mate?

Claro eso es si tratamos de cuantificar en lo banal. Pero, y por suerte, no es sòlo eso, tambièn es el juego de inmiscuirse en una sociedad y de tratar de conocer sus reglas, asì como las excepciones a las mismas, lo cual es aun màs propio del lugar. Es sentir que los que nos quieren mucho y de verdad nos ponen el hombro y nos dan un empujoncito, para que triunfemos en esta aventura. Es disfrutar de la riqueza de la multiculturalidad. Es prestarse al juego de la vida màs activamente. Es probar, es hacer.

Cambiando el tono de la evaluaciòn, y si nos vamos a temas màs mundanos, hay que reconocer que este condo, tiene por lo menos una ventaja en relaciòn a la casa de Villa Elisa: El desague del inodoro! Saben qué? Francisco debe haber pensado que su calzoncillo era descartable, y decidiò arrojarlo por el nombrado pote, y acto seguido, como para asegurar el tràmite, accinò la descarga. Para bienestar de todos, NO SE TAPO EL BANIO, cosa que sì nos habrìa pasado en Villa Elisa, asì que el evento pasarà a la historia con un final feliz y alguien podrà relatarlo comenzando por el dulce y famoso HABÌA UNA VEZ...