jueves, septiembre 14, 2006

El neuropsiquiàtrico de Rock Forest

La comunidad argentina, siempre muy activa, ha creado varias de las instituciones que aun perduran en la memoria de los sherbrookuas. Recordamos el Grand Hotel Margenats’s, las cadenas de restaurantes Loperez y MiniScaliize (enfrentadas en una larga batalla judicial por la receta original de la pizza argentina) y varias otras asociaciones mafiosas que aùn continùan hasta nuestros dìas.

Una de las màs recordadas es el Neuropsquiàtrico de Rock Forest, conocido como Pequenio Cotolengo Salita, en honor a sus fundadores, los Dres Salita y Salita. Emplazado en el residencial barrio de Rock Forest, la gran casona tenìa una hermosa vista al rìo Magog. Allì, y durante màs de treinta anios, los dres. Salita y Salita aplicaron las tècnicas psicològicaas aprendidas en la Argentina, causando el asombro de la Sociedad Psicologica de Quebec. Y no exactamente por lo academico de sus metodos.

En general, estos comprendian tecnicas de canalizaciòn de violencia. A los pacientes se los dotaba de pasamontanias, palos, cubiertas de auto y nafta, y corrìan en bandada al boulevard Burque para cortarlo, haciendo lo que ellos llamaban “tècnica de piquete”. Ya a la vuelta del piquete, los pacientes contaban sus emociones en grupo mientras bebìan una bebida espirituosa: el “mate”. Estas experiencias se repetìan dos o tres veces por semana, causando ademas las pequenias iras de los conductores que se debìan desviar varias cuadras para sortear el “piquete”.

Otro rasgo del Pequenio Cotolengo eran sus colores: el Dr. decìa que para un mejor tratamiento, se debìa pintar todo de azul y amarillo (èl le decìa “oro”, aunque era un amarillo medio sucio). Incluso las casacas de los pacientes y de los mèdicos eran de estos colores. El ùnico problema era que habìa en el ambiente un ligero aroma a materia fecal animal(o bosta).

Casi todos los inmigrantes argentinos pasaron algunas temporadas en el Pequenio Cortolengo. En alguna mediada ellos lograban canalizar sus iras y revivir viejas costumbres ya practicadas en su pais. Mi bisabuelo Adriàn estuvo hospedado unas cuantas temporadas. De hecho no lo dejaban salir. A èl no le gustaba el lugar, aduciendo que las paredes eran demasiado blancas y que eso le lastimaba los ojos y que podìa daniarle su piel blanca. Logrò escaparse y huir a la montania donde encontrò una cueva oscura, saliendo solamente de noche.

El Pequenio Cotolengo comenzo a decaer en la decada del 40, cuando sus directores estaban mas tiempo internados que sueltos. La casona se vendiò en los 80 y los nietos de los dres inauguraron un Casino en el rio que se llamò “Pequenia Salita de Juegos”, con grandes vinculaciones con la mafia cordobesa. Usando otra genial idea argentina lo hicieron flotante y en honor a su abuelo lo pintaron tambien de azul y amarillo. Buscando en archivos encontrè que serìan los colores de un equipo de fùtbol de segunda divisiòn de la Argentina, llamado Boca o algo asì, del cual el Dr. era fanàtico.