lunes, marzo 07, 2005

Y casi se me pianta un lagrimón

Inicio de ciclo lectivo. 2005. Yo, la maestra de música en el mismo jardín en que alguna vez fuera alumna. Ahora, ya casi me voy, y ahí donde ni se me ocurriría surge casi la primera lagrimita de despedida.
Esto es parte de un proceso, que ya venía gestándose en mí, digo que ya tenía ganas de cambiar un poco el ángulo laboral, aun cuando el proyecto Canadá no hubiese existido. Pero, por esa cosa mía de aferrarme a lo conocido, o por temor al temblor interno que implica mover la estantería y luego tener que darle un nuevo orden a las cosas, seguía un poco ahí, en ese rol, en ese lugar.
Bueno, la bola de nieve empezó a girar y yo me quiero enganchar bien de ella. Las estructuras comienzan a sacudirse en hechos concretos y al cantar algo tan simbólico como el Himno, casi podría decirte que disfruté de que los ojos se me llenaran de lágrimas. Respeto por lo de acá, entusiasmo por lo de allá. Pasan cosas, algo está cambiando.

viernes, marzo 04, 2005

Ver para creer y dichosos ustedes, los que creen sin ver

No sé si estamos logrando el equilibrio yin-yan; si estamos bajo la influencia de algún astro; si nos está guiando la Divina Providencia, o para ser un poquito más pagana, tal vez nos haya cagado algún pájaro o hayamos visto cagar a un perro. Lo cierto es que cada día nos vemos rodeados de energías positivas que hacen que las cosas se vayan resolviendo a pasos si no agigantados, por lo menos laaaaaargos.
La flia., los amigos, compañeros y algunos que más que perfectos desconocidos, nos están resultando desconocidos perfectos, todos por fin, están colaborando para que nuestro proyecto funcione, aun aquéllos a quienes nuestra partida pueda generar tarros de lágrimas y se vean obligados a recurrir a metros de rollos de cocina para secarlas.
A todos y cada uno les arrojo un GRACIAS con mayúsculas, que a veces es más fácil escribir que decir.


Ahora bien, ni piensen que vamos a incluir en el inventario esos objetos de lujo tan codiciados por algunos de nuestros allegados. No! No! Y No! No figurarán en él ni el triturador de ajo, ni el escurridor de cocina, ni mi mochilita de cuero envejecido (por el uso), ni el tarrito chino de té verde!!! Hay cosas que una tarjeta de crédito, no puede pagar… para todo lo demás existe Mastercard…